Sobrepeso y obesidad - Factores de riesgo - Factores de riesgo
Existen muchos factores de riesgo para el desarrollo de sobrepeso y obesidad. Algunos, como los hábitos y entornos poco saludables, se pueden modificar, mientras que otros, como la edad, los antecedentes familiares y la genética, la raza, la etnia y el sexo, no se pueden cambiar. Los cambios saludables en el estilo de vida pueden reducir el riesgo de desarrollar sobrepeso y obesidad.
Hábitos poco saludables
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La falta de actividad física, los patrones de alimentación poco saludables, una cantidad insuficiente de sueño y los niveles altos de estrés pueden aumentar el riesgo de tener sobrepeso y obesidad.
Falta de actividad física
La falta de actividad física debido al uso excesivo de la televisión, las computadoras, los videojuegos y otros dispositivos con pantalla está asociada a un [[nid:24649 view_mode=full capitalize=lowercase title=índice de masa corporal]] alto. La implementación de cambios saludables en el estilo de vida, por ejemplo hacer ejercicio y reducir el tiempo de uso de los dispositivos con pantalla, puede contribuir a alcanzar un peso saludable.
Conductas de alimentación poco saludables
Algunas conductas de alimentación no son saludables y pueden aumentar el riesgo de tener sobrepeso y obesidad.
- Consumir más calorías de las que se utilizan. La cantidad de calorías que necesita cada persona depende del sexo, de la edad y del nivel de actividad física. Utilice el Planificador de peso corporal (en inglés) para saber cuáles son sus necesidades u objetivos calóricos diarios.
- Consumir demasiadas grasas saturadas y trans.
- Consumir alimentos con un alto contenido de azúcares agregados.
Visite Consumir una alimentación saludable para el corazón para obtener más información sobre patrones de alimentación saludables.
Cantidad insuficiente de sueño
En muchos estudios se ha observado que las personas que no duermen lo suficiente tienen un alto IMC. Algunos estudios han permitido establecer una relación entre el sueño y la manera en la que el organismo convierte los nutrientes en energía y han permitido observar que la falta de sueño puede afectar las hormonas que controlan los impulsos de hambre. Consulte el Tema de salud Privación y deficiencia del sueño (en inglés) para obtener más información sobre la falta de sueño.
Niveles altos de estrés
El estrés [[nid:26572 view_mode=full capitalize=lowercase title=agudo]] y el estrés crónico afectan al cerebro y desencadenan la producción de hormonas que controlan el equilibrio energético y los impulsos de hambre, como el cortisol. El estrés agudo puede producir cambios hormonales que inhiben el hambre. Si el estrés se vuelve crónico, los cambios hormonales pueden hacer que la persona coma más y acumule más grasa.
Edad
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La obesidad infantil sigue siendo un problema grave en Estados Unidos, y algunas poblaciones corren más riesgo de padecerla que otras. El riesgo de padecer un aumento de peso no saludable se incrementa con la edad. Los adultos que tienen un IMC saludable a menudo comienzan a subir de peso en la adultez temprana y lo siguen haciendo hasta los 60 a 65 años, cuando en general empiezan a bajar de peso.
Entornos poco saludables
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Muchos factores del entorno pueden aumentar el riesgo de tener sobrepeso y obesidad:
- factores sociales, por ejemplo tener un nivel socioeconómico bajo o vivir en un vecindario con un entorno social poco saludable o poco seguro;
- factores propios del entorno, tales como la posibilidad de acceder fácilmente a comidas rápidas no saludables, un acceso limitado a establecimientos recreativos o parques y la ausencia de espacios seguros o accesibles para caminar en el vecindario;
- exposición a unas sustancias químicas llamadas obesógenos (en inglés) que pueden alterar las hormonas y aumentar el tejido graso del organismo.
Genética y antecedentes familiares
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En algunos estudios genéticos se ha determinado que el sobrepeso y la obesidad pueden ser hereditarios, es decir, que es posible que dichas afecciones se deban a los genes o el ADN. Otros estudios de investigación han permitido descubrir que ciertos elementos del ADN están asociados con la obesidad.
¿Sabía que la obesidad puede modificar su ADN y el ADN que les transmite a sus hijos? Obtenga más información sobre estas alteraciones del ADN.
Comer demasiado o muy poco durante el embarazo puede modificar el ADN del bebé e influir en la manera en la que el niño acumule y utilice la grasa más adelante. Por otra parte, en algunos estudios se ha demostrado que los padres obesos presentan alteraciones del ADN en el esperma que pueden transmitirles a sus hijos.
Raza o etnia
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El sobrepeso y la obesidad tienen un alto grado de incidencia en ciertas minorías raciales y étnicas. Entre los estadounidenses adultos, los afrodescendientes presentan las tasas más altas de obesidad, seguidos de las personas de origen hispano y luego los blancos, tanto en el caso de los hombres como en el de las mujeres. Aunque los hombres y las mujeres asiáticos tienen las tasas más bajas de IMC poco saludable, pueden acumular cantidades elevadas de grasa no saludable en el abdomen. Los samoanos pueden correr el riesgo de tener sobrepeso y obesidad porque posiblemente sean portadores de una variante del ADN que está asociada a un incremento del IMC, pero no a las complicaciones comúnmente relacionadas con la obesidad.
Sexo
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En Estados Unidos, la obesidad es más común en las mujeres afrodescendientes o de origen hispano que en los hombres de esos grupos. El sexo de la persona también puede afectar su manera de acumular grasa. Por ejemplo, las mujeres tienden a acumular menos grasa no saludable en el abdomen que los hombres.
Por otra parte, el sobrepeso y la obesidad suelen ser frecuentes en las mujeres que padecen de [[nid:26571 view_mode=full capitalize=lowercase title=síndrome del ovario poliquístico]] (SOP), una afección endocrina que produce un agrandamiento de los ovarios e impide la correcta ovulación, lo cual a su vez puede disminuir la fertilidad.