Para algunos, una descarga es como una patada en el pecho. Podría desmayarse o caerse. Como es común desmayarse durante una arritmia ventricular o paro cardíaco, probablemente no note las descargas.
Tras la desfibrilación, muchos se sienten a salvo gracias a la descarga, pero también puede ser una experiencia desagradable. La mayoría se recuperan rápidamente, pero puede llevar tiempo. Con asesoramiento y grupos de apoyo se puede aliviar el estrés del desfibrilador.