Trastornos del ritmo circadiano
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Trastornos del ritmo circadiano

Trastornos del ritmo circadiano Causas y factores de riesgo

Los trastornos del ritmo circadiano aparecen cuando el ciclo de sueño y vigilia no está sincronizado con el entorno. Muchos factores, tanto internos como externos, pueden provocar problemas para dormir y elevar el riesgo de sufrir un trastorno del ritmo circadiano.

Causas

Existen afecciones genéticas que pueden alterar el cerebro o las hormonas y provocar trastornos del ritmo circadiano. Por ejemplo, el síndrome de Smith-Magenis (en inglés) es una afección genética que puede alterar la frecuencia con la que el cuerpo produce la hormona melatonina , que ayuda a dormir. Los patrones de sueño pueden estar totalmente invertidos y eso produce somnolencia durante el día y noches de vigilia.

¿Sabía que su ciclo de sueño y vigilia y su riesgo de trastornos del ritmo circadiano pueden ser distintos de los de otras personas? Los responsables de su control son los genes del ADN. Algunas personas se despiertan temprano, mientras que otras se quedan despiertas hasta tarde, en ambos casos, de una manera natural. Algunas personas son capaces de ajustar con más facilidad su ritmo circadiano para adaptarse al entorno. Si es una de esas personas, tal vez sea menos propenso a tener un trastorno desfase horario o de trabajo por turnos. Es posible que desarrolle trastornos del ritmo circadiano si sus patrones no se ajustan a sus responsabilidades laborales, escolares o sociales. Hable con su médico acerca de sus síntomas.

Factores de riesgo

Muchas cosas pueden llevar a un trastorno del ritmo circadiano. Algunas no se pueden cambiar, como la edad, los antecedentes familiares o el sexo. Algunas se pueden manejar, como el estilo de vida o la profesión.

Edad

El ritmo y el horario del ciclo de sueño y vigilia puede cambiar con la edad debido a los cambios en el cerebro. Los adolescentes pueden dormirse más tarde que los adultos en forma natural, y eso aumenta su riesgo de sufrir un trastorno de fase de sueño-vigilia atrasada. Los adultos de edad avanzada suelen dormirse y despertarse temprano. Eso aumenta su riesgo de sufrir un trastorno de fase de sueño-vigilia adelantada. Los adultos de edad avanzada también tienen un mayor riesgo de sufrir trastorno de trabajo por turnos o de desfase horario.

Entorno o profesión

Las personas que trabajan de noche tienen un mayor riesgo de sufrir trastorno de trabajo con turnos rotativos. Los trastornos de desfase horario o jet lag son habituales en pilotos, asistentes de vuelo, atletas y personas que viajan seguido por negocios.

Antecedentes familiares o genética

La preferencia genética por acostarse temprano o tarde puede aumentar el riesgo de trastorno de retraso o adelanto de la fase de sueño y vigilia si el ritmo no está sincronizado con el entorno y las responsabilidades sociales. Los cambios en los genes que controlan el ritmo circadiano, llamados genes del reloj circadiano, también aumentan el riesgo.

Hábitos de estilo de vida

Los hábitos de estilo de vida pueden aumentar el riesgo de sufrir trastornos del ritmo circadiano. Estos incluyen:

  • consumo de alcohol;
  • consumo crónico de cafeína;
  • viajes frecuentes en avión;
  • consumo de drogas ilegales;
  • falta de exposición a la luz natural durante el día;
  • hábitos de sueño poco saludables, como quedarse despierto hasta tarde habitualmente y exponerse a luz artificial por la noche, por ejemplo, de la pantalla del televisor, el teléfono o un despertador muy brillante.

Otras afecciones médicas

Varias afecciones médicas pueden aumentar el riesgo de trastornos del ritmo circadiano; entre ellas se encuentran:

  • trastornos del espectro autista;
  • ciertas afecciones genéticas, como el síndrome de Smith-Magenis, el síndrome de Angelman y la enfermedad de Huntington;
  • afecciones de la vista, como ceguera y degeneración macular: estas aumentan el riesgo de trastorno de ritmo de sueño-vigilia que no dura 24 horas;
  • afecciones que producen daño cerebral, como lesiones craneoencefálicas traumáticas, accidente cerebrovascular y tumor cerebrales;
  • afecciones de salud mental, como trastorno bipolar, depresión mayor, trastorno obsesivo-compulsivo y esquizofrenia: estos aumentan el riesgo de sufrir un trastorno de fase de sueño-vigilia atrasada;
  • enfermedades neurodegenerativas , como enfermedad de Alzheimer, demencia y enfermedad de Parkinson: esas afecciones son más frecuentes en adultos de edad avanzada y pueden aumentar el riesgo de sufrir trastornos de fase de sueño-vigilia irregular.

Sexo

Los hombres son más propensos a los trastornos de adelanto de la fase de sueño y vigilia que las mujeres.

Las mujeres pueden ser más propensas a sufrir trastornos del ritmo circadiano en determinadas etapas de la vida.

  • Los cambios hormonales que ocurren durante el embarazo, después de dar a luz y con la menopausia pueden provocar problemas de sueño.
  • Las molestias durante el embarazo también pueden impedir un sueño de buena calidad.
  • Después de dar a luz, las interrupciones del sueño y la exposición a la luz por la noche mientras se atiende a un recién nacido pueden aumentar el riesgo de sufrir trastornos del ritmo circadiano.

¿Se pueden prevenir los trastornos del ritmo circadiano?

Si tiene riesgo de sufrir un trastorno del ritmo circadiano, es posible que el médico le recomiende determinados cambios en el estilo de vida para ayudar a prevenir el trastorno. Por ejemplo, el médico tal vez le indique que evite las luces brillantes y la cafeína poco antes de acostarse.

Otras medidas preventivas pueden ayudar según la etapa de su vida o su trabajo.

Para padres recientes

Mientras atiende a un recién nacido por la noche, mantenga las luces lo más tenues que sea posible.

Para trabajadores por turnos

Las siguientes medidas pueden ayudar a prevenir el trastorno de trabajo por turnos:

  • tomar una siesta breve antes del turno nocturno para ayudar a prevenir la somnolencia en el trabajo;
  • adoptar horarios de sueño en los días libres que se superpongan con los horarios de sueño de los días laborales;
  • evitar los cambios de horario numerosos entre los turnos diurnos y nocturnos, en lo posible.

Para viajeros de larga distancia

Las siguientes medidas pueden ayudar a prevenir el trastorno de desfase horario:

  • unos días antes de viajar, empezar a ajustar el ciclo de sueño y vigilia para que coincida con el del destino. Puede cambiar gradualmente sus horarios de sueño y usar la luz brillante como ayuda para adelantar o retrasar sus horarios;
  • si es posible, llegar al destino unos días antes si tiene un evento importante, como ayuda para ajustarse gradualmente al horario local. El cuerpo se adapta para ajustarse a entre 1 y 1,5 cambios de huso horario por día;
  • pasar mucho tiempo al aire libre en el lugar de destino. La luz exterior puede acortar los síntomas de jet lag.
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