Trastornos por coágulos de sangre Embarazo y coágulos de sangre
Durante el embarazo, se bombea por el cuerpo más sangre para satisfacer las necesidades del bebé en desarrollo. Un mayor flujo de sangre a través del cuerpo supone una presión adicional sobre los vasos sanguíneos, lo que puede causar que se estrechen. Esto, junto con los cambios hormonales, puede hacer que tenga cinco veces más probabilidad de presentar un coágulo de sangre durante el embarazo o inmediatamente después del parto que una persona que no está embarazada.
Algunos trastornos de la coagulación sanguínea, como el síndrome antifosfolipídico (SAFL), pueden aumentar aún más el riesgo de presentar coágulos de sangre durante el embarazo, lo que podría causar problemas relacionados con el embarazo, como aborto espontáneo o preeclampsia (presión arterial alta durante el embarazo). Esto es especialmente cierto si tiene antecedentes de coágulos de sangre.
Informe a su médico si tiene SAFL y está embarazada o tiene intenciones de quedar embarazada. Las personas que padecen SAFL pueden tener embarazos exitosos. Su médico puede sugerir medicamentos para prevenir la formación de coágulos de sangre, así como programar más pruebas, como ecografías, para controlar el crecimiento del bebé.
Trastornos de la coagulación sanguínea y prevención del embarazo
Si está tratando de prevenir el embarazo, consulte con su médico sobre los métodos anticonceptivos. Los anticonceptivos con estrógeno pueden aumentar su riesgo de presentar coágulos de sangre. Algunos ejemplos de anticonceptivos sin estrógeno incluyen:
- Dispositivos intrauterinos (incluso los que contienen progestina)
- Píldoras o implantes que contienen solo progestina
- El método de barrera